El chipset de una placa base es crucial porque amplía y complementa las capacidades del procesador en aspectos como las conexiones PCI-Express y la conectividad general. Por ejemplo, en los procesadores Intel Core de 13ª Generación, el procesador ofrece soporte para 1x16 PCI-Express 5.0 y 1x4 PCIe 4.0, pero el chipset Z790 eleva estas capacidades con 20 raíles PCIe 4.0 y 8 PCIe 3.0, optimizando el rendimiento de transferencia de datos (Aller, 2024) . Esto evidencia que el procesador y el chipset deben estar alineados para garantizar el máximo desempeño del sistema. Además, el chipset también influye en la conectividad USB, donde una placa base avanzada puede ofrecer puertos con tecnología de última generación. Sin embargo, esta ventaja podría quedar limitada si la caja del PC no es compatible con dichos estándares. Por ello, al ensamblar un PC por piezas, se recomienda verificar la compatibilidad para evitar problemas de rendimiento (Aller, 2024). Otro aspecto importante es el soporte ...
Buen video
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